Fútbol sólo para adultos

Cuando la Liga era la Liga y no la regata de Oxford y Cambridge, un encuentro como el de anoche paraba el país. O casi.

Atlético y Valencia ofrecieron un espectáculo para adultos. Fútbol X del bueno. El partido del Calderón sólo pudo defraudar a los chicos, que en su ternura imaginan el juego como una secuencia de caños, espuelas, piruetas y posturitas. Lo de ayer fue un choque pleno de autenticidad. Veloz. Intenso. De riesgo. Un partido de dar la cara. Sin otras interrupciones que las necesarias para recuperar fuelle. Muy a la antigua. Donde cada córner era un huy. Donde se peleaba por cada centímetro cuadrado de césped. Sin desmayos en las áreas. Por momentos parecía la Liga inglesa. No faltó ni la lluvia.

El Valencia fue mejor mientras le aguantaron las fuerzas. Mereció irse con ventaja al descanso. Pero en la segunda parte fue engullido por un Atlético corajudo, acostumbrado a respirar el olor a napalm.

La España plural y diversa ha parido la Liga monocroma. Vale, bicolor. Luego, los cachondos, cuando piden declaraciones a Canales o a Godín, les dan dos palmaditas en la espalda en un guiño cómplice de solidaridad porque, claro, no todo puede ser Madrid y Barça. Cortan y conectan, pizpiretos, con Llongeras para hablar de las rastas de Pinto.

Cuando la Liga era la Liga, digo, si Madrid y Barça eran los reyes, Valencia y Atlético, eran los príncipes. La crisis los empuja hacia abajo, aunque Simeone se resiste a morir en la orilla y Manuel Llorente, por lo mismo, hace alquimia con los números. Mientras no se solucione lo de las televisiones, esto no tiene arreglo. El Fulham, cuyo mayor logro es haber ganado la Intertoto, recibe más por su contrato en la Premier que blanquinegros y rojiblancos, dos grandes de Europa. Achacosos, pero grandes.

El encuentro pudo decidirse en mil jugadas. El capricho quiso que se resolviera en cinco minutos, los que tardaron Jonas y Falcao en desenfundar. ¿Saben aquel que diu? Van un brasileño y un colombiano... Ésa es otra. El fútbol campeón del mundo ha dado paso a la Liga de extranjeros. Bienvenida sea si es para ver actos como el de anoche. Pero al verde saltaron sólo cinco nacionales: cuatro en el Atlético, uno en el Valencia. En la última convocatoria de Del Bosque ni uno ni otro, tradicionales viveros de la selección, aportaron futbolistas. Aun así, el Valencia, que quiso la pelota, se pareció ayer más a España que su rival. La primera mitad se jugó a su manera, y la segunda, como quisieron los colchoneros.

Hubo espacio pala la polémica, pero el arbitraje estuvo en sintonía con los jugadores y el ambiente. Fue honrado. El tocomocho, insisto, no te lo pegan hoy los de negro. Hay que revisar el mando a distancia.

Visto lo visto, hubiera sido injusto que ganara uno u otro. Lo merecieron los dos. Y ganó el espectador. Aunque no hubo rastas ni piruetas. Así es que hoy pocos sabrán que Atlético y Valencia siguen vivos. Venden pocas camisetas, es verdad, pero saben de qué va esto.